JORNADAS LOBERAS EN RIOPAR
12, 13 Y 14 DE ENERO DE 2018
Durante los primeros días de este 2018, al que no hace mucho
que hemos dado la bienvenida, hemos tenido el enorme placer de acercarnos a
Riópar, una pequeña localidad del Suroeste de Albacete, casi besando la
provincia de Jaén, en concreto al Centro de Educación Ambiental “La Dehesa”,
magníficamente llevado por un estupendo grupo humano liderado por nuestros
amigos Jorge Escudero, un pastor manchego tan afable como bonachón, y su hija Marta, bióloga e igualmente
encantadora.
Ya
anteriormente, en concreto hace justo 2 años, estuvimos algunos miembros de
Acción Lobo en este pequeño pueblo a la sombra de la Sierra de Alcaraz y el
nacimiento del río Mundo, parque natural y enclave fascinante por su belleza,
su caprichosa geomorfología y por la singular biodiversidad que atesora. Y nos
lo pasamos tan bien que creo que dijimos que no tardaríamos demasiado en
volver.
El viernes
llegamos de noche al Centro y, antes incluso de llevar los bártulos al bungalow,
nos metimos en el bar, al abrigo de la lumbre, para saludar efusivamente a
Jorge y los demás compañeros que venían a las Jornadas. Tras una cena exquisita
y una sobremesa muy amena, abrazamos la cama necesitados de descanso, ya que la
jornada del sábado lo iba a requerir.
A la mañana, tras un copioso desayuno, visitamos el nacimiento del río Mundo, una hermosa cascada que sale literalmente de la caliza, compuesto mineral predominante en la Sierra de Alcaraz. Los impresionantes cantiles, salpicados con enormes pinos laricios, diferentes matorrales (rusco, hierba de los ballesteros…) y plantas rupícolas (entre las cuales se encuentra una especie endémica de grasilla (Pinguicula mundi), una planta carnívora), y hasta hermosos tejos, casi nos provocaban dolor de cuello de no poder dejar de mirar a lo más alto.
Las aves
tampoco faltaron. Los majestuosos buitres leonados con frecuencia se dejaban
ver, tanto posados al borde del abismo como regalándonos sus silenciosos
planeos, a veces en grupos numerosos. También las cornejas y las chovas
piquirrojas, estas últimas muy rupícolas, nos mostraban claramente el negro
brillante de sus plumas volando, recortadas contra los ocres y rojizos
kársticos del cantil.
Hay también
una pareja de halcones peregrinos, que nidifican todos los años en una oquedad
del cantil; pero en esta ocasión no llegamos a verlos.
De vuelta al Centro, era ya hora de comer y además con
el paseo creo que andábamos bien de apetito. Un plato típico de esta región que
me llamó la atención fue el gazpacho manchego, originalmente conocido como galianos, un
plato exquisito realizado a base de pan ácimo (masa sin levadura) y carne de
caza.
Por cierto,
mención especial para Ana, su marido y cocinero Carlos, y el resto de los
empleados de hostelería, que se desvivieron por nosotros desde que llegamos hasta
que nos fuimos.
Después de
comer y tras un lapso preparando la sala para el documental y la charla, nos
dispusimos a ver “Los ojos del lobo”, cortesía de Víctor Gutiérrez y la asociación " Amigos del lobo de Sierra Morena" que trata sobre el lobo en esta zona de Andalucía,
con testimonios de ancianos lugareños sobre su coexistencia con el gran cánido
cuando no era extraño en esta región y daba incontables
sustos a los pastores y a sus rebaños.
La ponencia
y la mesa redonda tras el documental trataron, entre otras cosas, del problema que
tiene el lobo en Portugal, país en el que, en la actualidad, goza supuestamente
de protección total y en el que, sin embargo, merced a un furtivismo atroz y a
una mala gestión del medio forestal, su población ha sido mermada de manera
considerable. Sobre todo porque esa
protección legal, aprobada en 1988, no fue acompañada previamente de una labor
de sensibilización y divulgación, algo fundamental en la protección y
conservación medioambiental, ni de medidas posteriores, convirtiéndose en impopular y como se suele decir, papel mojado.
También se
habló de los sumideros de lobos peninsulares (zonas donde llega el lobo, en su
límite de distribución, y en las que, a pesar de intentar asentarse, acaba
desapareciendo, bien por una causa o por otra), de las muertes que ocasiona el furtivismo y de las que bien poco se habla, y de las muy puntuales y
contadas bajas humanas a consecuencia del ataque del lobo en el mundo.
Después la
mesa redonda y tras un breve descanso,
nos dispusimos a disfrutar de la cena. Estábamos bastante cansados y, tras una
tertulia muy amena, nos fuimos a acostar.
A la mañana siguiente hicimos una visita al recinto de fauna, donde una cabra montés fue la primera en recibirnos. Más adelante interaccionamos con Amelie, una encantadora loba que hizo las delicias de Pablo, uno de nuestros compañeros, llenándole de barro y de caricias. A los demás se limitaba sobre todo a mordernos los abrigos o lamernos las manos, aunque con su cuidadora, Pilar, que también estaba entre nosotros, se ponía tumbada de espaldas en el suelo, dispuesta a jugar con ella.
Durante el
camino visitamos un mirador, desde el cual se veían las neblinosas cumbres de
la Sierra de Alcaraz. Tuvimos suerte y vimos una pareja de águilas reales, que
frecuentaba los riscos en esos momentos y que solía anidar en esa zona.
Tras disfrutar al mediodía de la comida y después de hacer el petate, nos despedimos del personal y del resto de invitados y comenzamos el viaje de vuelta, con alguna incidencia que otra, cosas de baterías...
No hay comentarios:
Publicar un comentario