lunes, 23 de mayo de 2016

Charla en el Centro Cultural Galileo


El pasado jueves 12 de mayo dimos una charla a las 19:00, la última de esta temporada, en el Centro Cultural Galileo, cerca de Moncloa, en el distrito de Chamberí. No fue una charla precisamente pródiga en asistencia y, aunque el técnico de sonido se retrasó un poco y la charla no comenzó a la hora prevista, fue una ponencia dinámica y llena de curiosidad e inquietud por parte de los oyentes, que seguían con gran atención lo que mi compañero Felipe Requena, presidente de la asociación, iba exponiendo. Curiosidades históricas acerca de la relación del lobo con el hombre, la arquitectura (los famosos “canecillos”, figuras lobunas que aparecen en casi cualquier iglesia o catedral del territorio peninsular), y el arte en definitiva. Fotos de Felipe con su mentor, Manuel Gallego “Manolín”, probablemente el mayor experto de campo de lobos, de cuando andaban campando hace 20 años por los espesos brezales de la sierra de la Culebra, la zona lobera por excelencia de la Península Ibérica.

                          

El coloquio posterior de la charla estuvo lleno de preguntas acerca de la situación actual del lobo en la región peninsular, de la posibilidad de hacer corredores ecológicos para que nuevas líneas genéticas enriquezcan la agónica situación del lobo en Andalucía, del proyecto de reintroducción del lobo en Sierra Morena o de los “sumideros de lobos”, zonas limítrofes loberas donde lobo que llega, lobo que “desaparece”, de todos es sabido por qué. Y como colofón vimos y sobre todo escuchamos con gran estupor y admiración un breve vídeo en el que Félix Rodríguez de la Fuente relataba con profunda pasión un imaginario encuentro entre el lobo y el hombre prehistórico en una cacería, el pacto en el cual el cánido y el “Homo sapiens” empezaron a aprender el uno de el otro en el arte de la caza, todo con una cueva llena de pinturas rupestres como telón de fondo. Un pacto que, desde mi humilde opinión, nunca debería haber desaparecido.


sábado, 21 de mayo de 2016

Defender un legado.



 ¿ Cuántos años separan estas dos fotos, 30, 40...? Porque parece que en vez de avanzar, estamos retrocediendo. Lobos colgados, noticias de furtivos día sí, día también, el SEPRONA de la Guardia Civil trabajando a destajo y las redes sociales convertidas en un polvorín, cruces de insultos, amenazas y la cosa no tiene pinta de calmarse, todo lo contrario.

 Se han estado sembrando vientos últimamente, que si cazadores asesinos, que si ganaduros de chigre y taberna, y al final es el lobo el que recoge las tempestades.

  En España hay cerca de un millón de cazadores, y meter a todos en el mismo saco, aparte de denotar un desconocimiento total del tema es un ejercicio bastante peligroso y que está acarreando consecuencias.
¿ Podemos comparar a un cetrero, que siente veneración por sus pájaros, un cazador de escopeta y perro de los de toda la vida, una cazador que abate un jabalí y emplea la carne para pasar mejor el invierno, con
un matarife disfrazado de camuflaje apostado en un cercón matando caza enlatada o con un practicante del infame "parany"? Tajantemente no. La inmensa mayoría de los cazadores españoles no son cazadores de lobos, es más, en esta asociación contamos con el apoyo de muchos de ellos que están frontalmente en contra. Y las actuaciones radicales de los últimos tiempos, aparte de contentar a la parroquia, han conseguido crear un clima nefasto hacia los defensores del lobo por parte del colectivo cinegético. No ha faltado el lumbreras de turno para montar su asociación para sacar tajada, mediática y de la otra. Pero bueno, es España. Y para remate, el día 5 de junio hay una manifestación en Madrid (¿ Recordamos aquello de ACCIÓN-REACCIÓN, verdad?) en la que van a estar cazadores, pescadores, ganaderos y taurinos, en donde, entre otras cosas, se va a pedir retirar la "sobreprotección" del lobo al sur del Duero. Y una demostración de fuerza hace que cualquier gobierno tome buena nota. Enhorabuena. Se podrán llevar mal entre ellos, pero a base de atacarles se ha conseguido una unión a priori imposible.

 En conservación, las soluciones rápidas y milagrosas no existen, y el que diga lo contrario, miente. Sobre todo ahora, que parece que defender al lobo es la novedad. Todo lo que se ha conseguido a lo largo de los años ha sido a base de trabajo duro, respeto y diálogo. Y debemos retomar ese camino si no queremos que se pierda el legado que nos dejaron Félix, Valverde, Manolín, la asociación Ciconia y tantos y tantos otros. Basta ya de mentiras, insultos y manipulaciones. Pongámonos por un momento en la piel de un ganadero cuando sufre un ataque. La España rural se nos está muriendo, y si además culpabilizamos a una parte esencial en ella, mal vamos. Por no hablar de los boicotts. Si lo que buscamos son soluciones de diálogo, no puedes amenazar con chantajear a nadie. El chantaje es de mafiosos y nosotros no lo somos.
En lugar de eso, tratemos de convencerles de que la coexistencia con el lobo es posible, que es necesaria y que hasta puede ayudar a que los pueblos sobrevivan. Porque si no contamos con el apoyo de las gentes que conviven con el lobo, es una batalla perdida. ¿ Quiénes somos nosotros para decirles cómo tienen que vivir?